El compromiso contraído entre autoridades y representantes de los organismos empresariales de la región para combatir el llamado narcomenudeo, entraña un acuerdo social que debe ser apoyado. En reunión sostenida en la Cámara de Comercio el miércoles pasado, los empresarios adheridos al Consejo Lagunero de Iniciativa Privada cerraron filas en torno al flagelo que implica para la comunidad la venta y consumo de estupefacientes.
La campaña en apoyo de la labor que realiza la Procuraduría General de la República, no se limita a los lugares de esparcimiento o diversión que suelen ser propicios para el ilícito comercio. La pretensión de los empresarios es promover el rechazo a las drogas entre su gremio, empleados, trabajadores y las familias de todos, como respuesta a la penetración rampante de la distribución de estupefacientes que se sustenta en elementos de contra cultura que urge desactivar.
En efecto, el cine, la televisión, la música, etcétera, en ocasiones promueven el consumo de drogas, lo que constituye una agresión a la sociedad que amenaza la salud física y mental de muchas personas. Por ello la batalla contra el narcotráfico es incompleta y está condenada al fracaso, mientras se reduzca a estrategias policíacas represivas que suelen sucumbir frente al poder corruptor del crimen organizado.
El combate al consumo de drogas es tarea de todos, Gobierno y Sociedad; a esta última corresponde actuar desde las trincheras de la familia, la escuela, las iglesias y los organismos intermedios de toda índole. Del acierto en la tarea que es objeto de comentario, depende un futuro libre de adicciones que determine en gran parte la calidad de vida de las generaciones venideras en nuestro país y región.
