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Cómo convertirse en un consumidor inteligente

HÁBITOS | LA SOCIEDAD EN GENERAL ESTÁ ATRAPADA EN EL CONSUMISMO, ADVIERTE PROFECO

La Profeco exhorta a los consumidores a realizar compras inteligentes.

La Profeco exhorta a los consumidores a realizar compras inteligentes.

EL SIGLO DE TORREÓN

Al comprar hay que tomar en cuenta cuestiones ambientales, económicas, sociales y de derechos humanos

TORREÓN, COAH.- Lourdes Tirado Medina, jefa de Educación y Divulgación de la Profeco, advirtió que la sociedad en general está atrapada en el consumismo, pues las personas se esfuerzan en satisfacer las expectativas de los demás, comprando ropa a la moda o los artículos que la publicidad difunda como fundamentales para ser felices.

“A diferencia del consumismo, el consumo inteligente es una manera de ser, de vivir y compartir la vida, de cuidar la salud propia y la salud del planeta. Es una manera de invertir el dinero en vez de gastarlo”, dijo la funcionaria.

De acuerdo a la Profeco, el consumo inteligente se fundamenta en un conjunto de valores tales como la justicia, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y ambientales de todas las personas; y promueve la moderación en las compras y la adopción de hábitos éticos y ecológicos para consumir en armonía con los demás y con el planeta.

Lourdes Tirado Medina explicó que el consumidor no es un simple espectador pasivo que deba esperar, cruzado de brazos, a que los proveedores le ofrezcan una limitada variedad de productos y servicios a su propia conveniencia, sino que en el transcurso del tiempo, se ha convertido en el protagonista principal, activo y fundamental, de la oferta y la demanda, y cuenta con derechos concretos.

Además, señaló, el consumidor tiene el poder suficiente para generar cambios muy favorables en las ofertas comerciales, e incluso en las políticas de las empresas, con el fin de que se ajusten a sus necesidades, pues a final de cuentas, es el motor principal de la economía de mercado: sin la compra, ésta simplemente se hundiría.

“El consumismo desmedido ocasionado por el exceso de publicidad que satura los medios de comunicación, combinado con la carencia de información veraz y oportuna acerca de esta oferta, provoca que la sociedad en general, y los individuos en particular, dejen de lado la indispensable reflexión acerca de los alcances que tiene cada decisión de consumo que llevan a cabo”.

Para ejercer a plenitud el consumo consciente es necesario replantearse la forma de comprar: antes de adquirir algo, “pregúntese si realmente existe una necesidad o un deseo legítimo por aquello que contempla consumir; después, analice de cuántas maneras se puede satisfacer esta necesidad o deseo, y por último, determine cuál de las opciones que ofrece el mercado resulta la más acertada de acuerdo con su conveniencia personal, sin olvidar la legalidad y el respeto por los demás”.

La funcionaria reconoció que las personas no pueden evitar dejar de ser consumidores, “pero sí pueden actuar sobre dicha condición eligiendo la mejor manera de comprar, dando prioridad a ciertos criterios y no a otros, favoreciendo unas actitudes y descartando otras, asumiendo colectivamente estilos de vida que no dañen a otros seres humanos en esta sociedad que al parecer consume por el consumo mismo”.

Uno de los mayores aspectos negativos de la sociedad de consumo, consiste en que ésta convierte a las personas en una masa de simples consumidores sin criterio, favoreciendo no un intercambio de dinero por productos o servicios para cubrir una necesidad, sino el consumo por el placer que conlleva el consumo mismo, dijo.

“Con el objetivo de poder comprar más y más productos y servicios, las personas pasan muchas horas trabajando, lo que reduce el tiempo que tienen para sí mismas, para la familia, los amigos y el entorno inmediato”.

Por supuesto, señaló, no se trata de dejar de consumir, sino de reconocer cómo se está llevando a cabo este acto, asumir las consecuencias de ese consumo y buscar que la mayor parte de las decisiones de compra representen un beneficio personal, y que éste, al mismo tiempo, también lo sea para la comunidad, pues a largo plazo cada acto de consumo influye en la evolución –o decadencia– de la sociedad.

Siete pasos

Éstos son los siete pasos que el consumidor inteligente debe seguir según la Profeco:

1. Consumo consciente: Un consumidor que es consciente de su poder, de sus derechos y obligaciones, que sabe lo que necesita, lo exige y asume las consecuencias de su modo de consumir, es un consumidor inteligente.

2. Consumo informado.- Para poder decidir entre la infinidad de opciones que ofrece el mercado, es indispensable informarse. Un consumidor que compara calidad y precio, piensa en invertir antes que en gastar, valorando qué tanto sus elecciones de consumo satisfacen sus necesidades reales y los beneficios que traerán a su vida, a su familia y a su comunidad, es un consumidor inteligente.

3. Consumo crítico.- Los publicistas y proveedores quieren convencer de comprar a toda costa, y para ello frecuentemente asocian su publicidad con valores que nada tienen que ver con el producto que anuncian: estatus, poder, atractivo sexual, fama. Un consumidor que es crítico ante la publicidad y la moda, se valora y valora a los demás por lo que son y no por lo que tienen, que conserva lo que necesita y le gusta, es un consumidor inteligente.

4. Consumo saludable: Los avances médicos, científicos y tecnológicos dan acceso a productos y servicios que han aumentado la expectativa de vida. Sin embargo, muchos de estos avances también han propiciado una vida sedentaria, con excesos y hábitos poco saludables. Un consumidor que lleva una alimentación balanceada, hace ejercicio, duerme bien, modera su consumo de alcohol, no se automedica y evita fumar, es un consumidor inteligente.

5. Consumo solidario: Algunas personas tienen recursos para comprar casi cualquier cosa, mientras la gran mayoría apenas puede consumir lo imprescindible para sobrevivir. Un consumidor que considera los efectos de su consumo en los demás y prefiere productos artesanales o de proveedores socialmente responsables, con políticas laborales justas y procesos de producción limpios, es un consumidor inteligente.

5. Consumo sustentable: Durante décadas se ha explotado, desperdiciado y contaminado los recursos del planeta sin restricciones, comprometiendo el desarrollo y la vida de las futuras generaciones. Un consumidor que reduce los efectos de su consumo en el ambiente al elegir productos ecológicos, ahorrar energía y agua, separar la basura, caminar en vez de usar el auto y aprovechar al máximo los productos antes de tirarlos, es un consumidor inteligente.

7. Consumo organizado: Conocer los derechos y tomar decisiones de consumo consciente y responsable hacen más fiuertes a los consumidores, pero si se organizan con otros para alcanzar objetivos comunes, pueden multiplicar ese poder. Un consumidor que suma su fuerza a la de otros y se organiza con ellos para defender sus derechos, exigir calidad y hacer alianza con Profeco y otras instituciones para lograr relaciones de consumo más equitativas, es un consumidor inteligente.

FUENTE: Profeco

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