EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

¿Para qué sirven los diputados y senadores?

Fidencio Treviño Maldonado

Hay dos formas de llegar a la cumbre, volando como las águilas o arrastrándose como las serpientes.

De nueva cuenta se cumple el viejo refrán: “no hay tiempo que no se llegue y plazo que no se cumpla” y ahora el tiempo, las formas, el espacio y el plazo están dados en la política, con políticos clonados que por años nos han dicho cómo vivir, en qué pensar, todo un paraje y decálogo de conductas impuestas y preestablecidas que nos tocó vivir, la vergüenza quedó atrás, de las vulgaridades y falacias de nuestros representantes ante la tribuna más alta de México.

Ya nadie se acuerda, los usufructos son cosa pasada, la simulación sigue siendo la reina de México en el ámbito político, cada vez que se avecinan las elecciones para senadores y diputados ronda en el territorio nacional un fantasma que nos retrata la misma novela con gavillas de caciques, bandidos y caudillos, con negocios de familia y negaciones asonadas, donde hay cabida para el pronunciamiento soez, con descalificativos triviales indignos de un arriero hacia sus acémilas...

Hay cosas raras en estas elecciones que se celebrarán para diputados federales y senadores, por ejemplo a los candidatos priistas que abiertamente andan en campaña resulta que después de setenta años de estar en el poder y perderlo, ahora sí les interesa arreglar todas las miasmas que cocinaron en el país.

¿Será verdad que ahora sí les interesa el país? ¿Qué dirá por ejemplo Humberto Roque Villanueva cuando gane o simplemente quede en otro puesto? ¿Nos lanzará la “roque señal” a todos los mexicanos? Aquella señal que Hugo Sánchez lanzara en España cada vez que anotaba un gol, como venganza a los gritos de discriminación que muchos aficionados le echaban, cuando le gritaban “indio, indio”. Tal vez Hugo tenía razón, ¿pero Humberto Roque Villanueva entonces flamante diputado, cuál razón podía tener cuando los legisladores priistas ganaron y nos endilgaron el IVA?

Como están las cosas en México parece ser que los diputados y senadores son un estorbo y sólo generan gastos para el país, aunque hay que reconocer que también divierten con sus “colegiadas sesiones”.

Veamos algunos casos: en Coahuila, antes, después y ahora Eduardo Olmos diputado por el Quinto Distrito que comprende parte de Torreón, Matamoros, Viesca y ahora Parras en Coahuila y su suplente Raúl Onofre Contreras; sucede que Eduardo Olmos forma parte del Gabinete de Moreira a nivel estatal, le valió el puesto de diputado a su suplente Raúl Onofre también ya que nunca fue suplente y sólo aprovechó el compadrazgo con Humberto Moreira para llegar a presidente municipal en Matamoros, su curul está vacía ¿a quién le interesa? ¿ésa es la importancia que tienen los hombres honestos que fueron elegidos en la nueva y muy cara democracia mexicana para legislar?

Antes a Guillermo Anaya ex edil de Torreón, también le importó un comino y ahora quiere ser senador, lo mismo a Jorge Zermeño, senador, se vino como candidato a gobernador y en ratitos legislaba y en ratos no; ahora quiere ser diputado, con su compañero de partido Juan Antonio García Villa; a otro señor de Lerdo, Durango, Juan de Dios Castro Lozano y qué decir de Carlos Herrera Araluce en Durango, parece que ni siquiera se presentó a la toma de posesión en el sagrado recinto del Congreso de la Unión, mucho menos a ocupar un puesto, el actual gobernador de Durango Ismael Hernández Deras, le valió el puesto y se brincó a gobernador.

Sin embargo, como están las locuras en estos personajes y para el caso de locura política, basta una prueba: el caso de la diputada por Coahuila por el Sexto Distrito, Laura Reyes Retana, tanto que afanó por ese puesto y al fin se le hizo con rapacerías y de consolación por el PRI y ahora resulta que ya renunció a este partido.

Y así casos como éstos se podrían llenar muchos libros, incluyendo aquel folclórico personaje de la motocicleta Félix Salgado Macedonio, ahora presidente municipal de Acapulco y de los H. Legisladores que el voto de los ciudadanos lo usaron sólo para escalar ni qué decir.

Sin embargo, los diputados en este país parecen que sí sirven para algo y es para medir fuerzas con sus oponentes y serle fiel hasta la ignominia a su jefe máximo, es decir a su tótem en turno y desde luego usar su puesto para llevarse sus buenos sueldos, su impunidad con el tráfico de influencias e información privilegiada.

Por otro lado, a los diputados y senadores si en verdad les interesara México ya a estas alturas, las grandes reformas como la energética, la laboral, la migratoria, una reforma de generación de empleos encaminada a la producción más otras grandes iniciativas, ya estuvieran en la cocina y listas para servirse a los ciudadanos y desde luego otra cosa sería.

Pobre Belisario Domínguez uno de los pocos tribunos que tuvo México y que parece murió en vano defendiendo los intereses de los ciudadanos y de que a casi a un siglo de su asesinato los preceptos de este chiapaneco se han diluido como sin duda se difuminarán las promesas de campaña de los ahora calientes políticos y prospectos a diputados y senadores.

¡Ah! pero la pregunta es ¿para qué sirven los diputados y senadores? Pues como están las cosas en una nación con tantas necesidades y tan exenta de justicia social, soslayada por la clase gobernante y recuas que le acompañan: para nada; y si se hace referencia a los senadores y diputados llamados plurinominales, ellos la verdad son peores y ni quién les reclame, ya sean éstos del PAN, PRI, PRD, PVEM, PT, etc.

Son impuestos por simple amiguismo, “dedazo” o compradas sus curules y según parece en el entorno nacional son los que arman cada alboroto; ¿paradójico no?

Mi nuevo correo electrónico es: [email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 206320

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx