EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Las tribulaciones de Purificación Carpinteyro

Sin lugar a dudas

PATRICIO DE LA FUENTE
"Antes de empezar un viaje de venganza cava dos tumbas".— Confucio

Si esto fuera una novela -por el entramado y desarrollo del tema que hoy nos ocupa- lo que le ocurre a Purificación Carpinteyro, sería el mejor ejemplo de justicia divina o poética. "Quien a grabación mata, a grabación muere", escribieron por ahí. Y qué cierto, seguramente pensará Luis Téllez su exjefe, a quien también grabaron alguna vez. La vida y sus vueltas, tan chuscas.

Purificación no niega la cruz de su parroquia: le gusta ver y ser vista, que las miradas se posen sobre ella, ser y estar en el ojo del huracán, pero quizá ahora, estará arrepentida de su afán por figurar y de su obsesión voyeurística. Por mirar desde la ventana indiscreta, a veces se paga un precio muy alto.

"Puris Hilton": así el mote adquirido tras el video en donde cumple un rol protagónico. Una especie de "un día con" donde la filman desde que en medio de algodones despierta, hasta que se va a la cama bien pasadas 24 horas, exhausta tras lo que asume como su cruzada personal en favor de las mejores causas.

Ese video para consulta en YouTube, a mi parecer un gravísimo error de juicio en alguien tan inteligente como Carpinteyro, motivó fuertes críticas al evidenciar los privilegios de una clase política a la que retrata en todo su esplendor.

La diputada Carpinteyro no niega -y no miente- cuando afirma que los recursos para vivir así no son de ahorita, sino de cuando ocupó posiciones en el sector privado. "Fílmenme hasta en la intimidad de mi alcoba", parece decir, pues aquí no hay nada que esconder.

Purfificación Carpinteyro nunca pasó ni pasará desapercibida entre quinientos legisladores cuyas caras, en su mayoría, los mexicanos desconocen. Es polémica, brillante, grilla hasta el exceso, domina los temas en donde participa. Se asume, sin matices ni medias tintas, como la guerrera que lucha versus la tiranía de los monopolios, contra los intereses de la tele bancada y a favor de los desposeídos, quien en este caso son las empresas que están fuera del duopolio televisivo, y del monopolio telefónico.

La Juana de Arco de las telecomunicaciones: esa es la imagen que Purificación hábilmente busca proyectar y que le ha redituado en medio de una guerra que ya está ahí y donde nadie, léase bien nadie, está libre a la hora de representar segundos intereses ni de obrar en solitario.

En las batallas que se avecinan en el Congreso en materia de telecomunicaciones, las filias, fobias y simpatías de ciertos legisladores -treinta y cuatro según mis cálculos- se vuelven muy obvias y los bandos, también; sólo hay dos.

La llamada telefónica obtenida de forma ilegal que pone en evidencia a Purificación Carpinteyro, queriendo hacer negocios cuando deje la legislatura so pretexto de "fomentar la competencia en el sector" y en uso de sus múltiples contactos, de su posición como legisladora y de su experiencia en la materia, nos motiva a todos, sin afán de linchamiento por lo que a este columnista respecta, a un serio debate sobre los conflictos de interés que en su caso pudiera ocasionar.

Carpinteyro, quien hasta ayer representaba al PRD y a gran parte de la izquierda en la discusión de la reforma en telecomunicaciones, ¿puede y debe usar la información privilegiada para la planeación de sus gestiones y negocios, si bien futuros, que indudablemente le traerán beneficios personales?

Conocidas sus pretensiones, hizo bien Carpinteyro en excusarse de la discusión. ¿De qué forma la habría comprometido el no haberlo hecho? La experiencia y red de contactos que acumula tras su paso por el sector privado y ante ciertas telefónicas, ¿hubiesen repercutido en su agenda y en el sentido de su voto? Buscar favorecer a determinadas empresas así sea en detrimento del duopolio, ¿se justifica? "Lo que me parece clarísimo es que Purificación Carpinteyro siempre trabajó para Purificación Carpinteyro", consideró en Twitter la periodista Yuriria Sierra.

En lo que respecta al comportamiento que debe observar un legislador, el reglamento de la Cámara de Diputados, en sus artículos sexto y séptimo, dicta lo siguiente:

VI. Informar de los asuntos en los que tengan intereses o puedan obtener beneficios personales y excusarse de participar en la promoción, gestión, recomendación y discusión de los mismos. VII. Abstenerse de realizar actos que sean incompatibles con la función que desempeñan, así como ostentarse con el carácter de legislador en toda clase de asuntos o negocios privados".

La ley es la ley, así las cosas. Como ella, ¿cuántos legisladores estarán frente a la misma disyuntiva de lo que supone o no un conflicto de interés?

Nos leemos en Twitter, sin lugar a dudas:@patoloquasto

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1009916

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx